miércoles, 11 de agosto de 2010

DECLARACIÓN DE PRINCIPIO ACERCA DE EL MATRIMONIO

Creemos que Dios, no el hombre, creó el matrimonio, siendo la primera institución divina. Creemos que la Biblia enseña que el pacto del matrimonio es sagrado y por toda la vida.

También creemos que la Biblia enseña que el matrimonio es una declaración pública de una unión y de un compromiso mutuo hecho en privado entre un hombre y una mujer, nunca entre dos personas del mismo sexo. Por lo tanto, creemos que Dios le da una esposa a un hombre y un esposo a una mujer para que se entreguen el uno al otro, y asi satisfagan las necesidades sexuales el uno del otro de manera única y exclusiva.

Creemos que Dios creó el matrimonio con el propósito de que las parejas glorifiquen a Dios al llegar a ser una sola carne y al criar a sus hijos en el conocimiento y amor a Dios. También para que se complementen el uno al otro y disfruten del placer sexual.

Así como el "hierro afila al hierro", creemos que Dios usa el matrimonio para cambiar al hombre y a la mujer a la imagen de Jesucristo. Así como la Trinidad refleja Personas iguales con diferentes funciones, creemos que Dios creó al hombre y a la mujer con el mismo valor pero con funciones y responsabilidades diferentes dentro del matrimonio.

(Génesis 2:18-25; Efesios 5:30-32; 1 Corintios 7:1-5; Mateo 19:4-6; Marcos 10:6-9; Proverbios 27:17; Romanos 1:26,27; 8:29; Hebreos 13:4; Mateo 22:30; Marcos 12:25; Deuteronomio 24:5; Cantar de los Cantares).

BOSQUEJOS PARA MENSAJES por Américo Giannelli

DIOS TIENE UN MENSAJE PARA TU FAMILIA (Génesis 2:15-25)

INTRODUCCIÓN:
• Al principio de la Biblia, encontramos a Dios en función de creador de todas las cosas, de los seres vivos y de los inanimados.
• Todo es creado con belleza y perfección. De esa manera se vislumbra el infinito poder divino.
• Lo que corona la obra de Dios, es la creación del hombre (hecho a imagen y semejanza divina)
• En la creación del hombre podemos observar el propósito de Dios de constituir una institución que satisfaga las necesidades sociales, afectivas y emocionales del ser humano: La Familia
• Dios creó a Adán e inmediatamente sentenció que “no es bueno que el hombre esté solo”, por lo tanto formó a Eva para que fuese su ayuda idónea, estableció el segundo principio que es que el matrimonio es la unión de cuerpo y espíritu (un nuevo ser). Quedó establecido también que esa unión debe ser vivida en pureza.
• La constitución de la primera familia, fue la manera sabia de Dios, de luchar contra la soledad, establecer una fuerte unión y establecer una relación basada en la integridad.
• La aparición del pecado, justamente nos arrastró a la soledad, la desunión y a la pobreza moral.
1) LA SOLEDAD
• No es novedad que vivimos en un mundo hipercomunicado, pero donde las personas están solas. Multitudes caminan juntas, pero se sienten solas.
• La soledad es la dolorosa percepción de que carecemos de contactos de significativos con los demás. Incluye una sensación de vacío interior que puede estar acompañada de tristeza, desaliento, un sentido de aislamiento, inquietud, ansiedad y un intenso anhelo de ser querido o necesitado por alguien.
• La soledad puede tener muchas y variadas causas:
a. Relaciones familiares malsanas: La falta de lazos cariñosos desde los primeros años de vida contribuye a la experiencia de soledad.
b. Factores sociológicos: Vivimos en una sociedad que tiende a promover la soledad. Nuestra sociedad es apresurada, móvil y cambiante. Debido a la televisión, hay mucho menos tiempo para la comunicación personal. Aun el poco tiempo que uno tiene para dedicar a los suyos en nuestra sociedad ambulante, lo pasamos solitariamente enfrente de una pantalla de televisión o la computadora.
c. Actitudes: Actitudes competitivas y polémicas; actitudes independientes que nos hacen actuar como si fuéramos fuertes individualistas, absolutamente autónomos, independientes de Dios y de los demás; actitudes posesivas por las cuales nos sentimos empujados a conseguir todo lo que podemos para nosotros mismos;
d. Temor: "La gente se siente sola porque construye paredes en lugar de puentes". Esto sucede por el temor a la intimidad, el temor de que a uno lo conozcan, el temor al rechazo o el temor a ser lastimado -como quizá fuimos lastimados en el pasado.
e. Hostilidad: Algunos se sienten solos porque mantienen sentimientos de ira o resentimiento que hace que los demás se aparten de ellos y los eviten.
f. Incapacidad para comunicarse: Cuando alguien no tiene disposición para comunicarse, o cuando no saben comunicarse honestamente, hay un persistente aislamiento y soledad aunque los afectados estén rodeados de otras personas.
g. Causas espirituales: San Agustín oraba: "Nos hiciste para ti, y el corazón del hombre no descansa hasta encontrar descanso en ti." Hay soledad que resulta de la falta de una experiencia personal con Dios. El individuo abiertamente rebelde contra Dios muchas veces siente una profunda soledad existencial que sólo puede ser corregida llenando el vacío que la falta de Dios produce en cada corazón humano "hasta encontrar descanso" en el Señor. Esa misma soledad muchas veces resulta del pecado no confesado o aun de una despreocupación por el cuidado de Dios y las demandas que él nos hace.
2) LA SEPARACIÓN DEL VÍNCULO
• Dios estableció el matrimonio para que fuera indisoluble (una sola carne – un nuevo ser). El pecado nos ha llevado a pensar que es posible separar lo que Dios ha unido.
• Esa unión de un hombre y una mujer (unión de diferentes sexos), al ser firme provee al matrimonio y la familia de estabilidad y seguridad.
• La gran pregunta es como hacemos para que el matrimonio sea durable. Primeramente, basarlo en Dios en segundo lugar fomentar el amor, la comunicación y la santidad; para que esa integración de dos personas sea fuerte y provea a la estabilidad emocional de la familia.
• La separación nunca apareja nada bueno al hogar, siempre es la peor solución. Para aquellos que dicen que se extinguió el amor, debemos considerar que el amor es el sentimiento que puede ser alimentado permanentemente, de tal modo que se fortalece y renueva cada día.
3) LA VERGÜENZA
• Adán y Eva antes de pecar, podían caminar desnudos sin avergonzarse. No por una cuestión cultural, sino porque sus mentes y corazón vivían en un estado de pureza e inocencia.
• El pecado quitó la inocencia, los hizo culpables ante Dios y comenzaron a sentirse indignos entre ellos mismos.
• El pecado tiene diferentes efectos en la vida del ser humano. Primeramente nos aleja de Dios, en segundo lugar nos esclaviza, en tercero nos destruye y finalmente nos quita la paz de la justicia porque nos acusa como culpables del pecado.
• La falta de paz del ser humano, es producto del sentimiento de culpa, por eso buscamos cambiar las reglas para sentirnos bien, denostamos la autoridad de la Biblia para justificarnos y procuramos ignorar a Dios para hacer lo que queremos.
• Pero el resultado es el fracaso en la vida individual, familiar y comunitaria.
4) PERO DIOS PROVEE UNA SALIDA A NUESTRAS CRISIS
• El mensaje de parte de Dios es claro y sencillo: En Cristo Jesús podemos encontrar una respuesta a nuestras inquietudes, Él dice "Yo soy el camino, y la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino es por mí".
• Dios nos ama, mas allá del camino equivocado que hayamos tomado
• El amor lo expresa a través de Jesucristo. Él vino a este mundo para darnos una solución al problema del pecado.
• El Señor Jesús entregó su vida en la cruz, para que a través de ese sacrificio, el ser humano pueda reconciliarse con Dios, alcanzando el perdón de pecado, la paz interior y la esperanza alentadora.
• Ser perdonado de nuestros pecados, nos permite revertir individualmente la situación de fracaso y desesperanza.
• Al buscar una guía para ordenar nuestros pasos y el de nuestra familia, debemos acercarnos a Jesucristo, Él nos puede guiar por la senda de paz y felicidad.

LA EVANGELIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA por Samuel O. Libert, 2008

América Latina no es con exactitud un continente homogéneo sino un mosaico de cultura. Por eso es difícil definir al hombre latinoamericano o describir, concretamente, la "cultura latinoamericana". Tal vez podría decirse lo mismo de otras regiones del mundo, Asia, Europa, África… pero aquí se suele hablarse de una identidad latinoamericana que en los hechos es difícil conocer.

Por supuesto, hay algunas semejanzas, determinadas -por ejemplo- por el flujo de la influencia socio-cultural de la tecnología occidental y lo que se ha dado en llamar "la forma de vida occidental y cristiana", expresión que tiene el defecto de ser demasiado confusa, ya que hay diversos occidentalismos y distintos cristianismos.

Lo que nos interesa hacer notar que en América Latina no existe el trasfondo anglosajón que caracteriza a muchos pueblos de Asia y África que permanecieron durante años bajo la dominación Británica. No es raro encontrar a líderes evangélicos asiáticos o africanos que hablan el inglés con toda fluidez desde su infancia, como el segundo idioma de sus propias culturas. Este dominio del idioma inglés entre nuestros líderes era, hasta hace muy poco tiempo, un hecho poco común para los evangélicos latinoamericanos.

Por ello, las misiones anglosajonas tenían en sus redes de EE.UU. o Gran Bretaña un muy escaso contacto con el liderazgo evangélico de los países latinoamericanos (me refiero a los líderes latinos), ya que éstos no conocían suficientemente el inglés como para comunicarse verbalmente o por escrito. De ahí que, en general, tales misiones sólo disponían de la información suministrada por sus propios misioneros que, como es obvio, tenían su óptica personal para describir y juzgar las cosas.

Así, pues, la insuficiencia de la comunicación causó una distorsión de la imagen de América Latina. Algunas grandes instituciones misioneras tenían poca o ninguna noticia de la riqueza cultural de este continente y no de pocas veces se sorprendían al descubrir que prominentes líderes evangélicos de las pasadas generaciones (y aún de la presente) eran incapaces de hablar en inglés, cuando millares de pastores de la India, o de Kenya, o de Liberia, o de Nigeria, etc., podían hacerlo con facilidad.

Inconscientemente (aunque no en forma deliberada) el hombre latinoamericano pasó a formar una "segunda clase", y muchas veces fue "hombre mudo" en los comités y congresos internacionales, como un ser aparentemente inepto para el diálogo. Así muchas veces ocurría que los misioneros eran los únicos portavoces del pueblo evangélico latinoamericano en ese tipo de actividades.

Como consecuencia de ello también por otras causas suficientemente expuestas por Samuel Escobar, René Padilla y otros en el congreso de Lausana, los organismos misioneros no consultaron el criterio de las iglesias latinoamericanas en cuanto a la evangelización, salvo muy contadas excepciones. Por su parte, como acabo de señalar, los líderes nacionales tenían grandes dificultades para expresarse en inglés y presentar o explicar sus puntos de vista en un diálogo realista con las juntas misioneras (Brasil y algunos países centroamericanos trataron de solucionar el problema enviando a Estados Unidos a sus mejores jóvenes, para que estudiaran en seminarios donde también aprendieran a hablar inglés fluidamente: el éxito fue relativo).

Estos hechos sumados a la autosuficiencia de algunas juntas misioneras, agravaron un largo proceso de incomunicación que llevó a aplicar en América Latina métodos uniformes de evangelización cuyas técnicas eran idénticas a las de las iglesias en los países de origen. Martyn Lloyd-Jones ha dicho muy bien que, que en la década del 1820, se produjo en Estados Unidos un cambio muy sutil y muy desafortunado. El énfasis de Azael Nettleton en avivamiento (como una visitación especial del Espíritu Santo que fructifica espontáneamente en millares de conversiones) fue cambiado por el énfasis de Carlos G. Finney en la evangelización. Esto, por supuesto, no es un juicio en contra de Finney, sino una alusión al proceso histórico que dio origen a la situación actual. Cuando las cosas no andan bien, dice Lloyd-Jones, tenemos ahora dos alternativas:

1- La forma antigua de llamar a la oración y el ayuno y pedir que Dios visite a su pueblo con poder.

2- La fórmula moderna de invitar a un gran evangelista y organizar una importante campaña, pidiendo al Señor que bendiga todo lo que vamos a hacer. Lloyd-Jones dice que él pertenece a los que eligen la primera alternativa.

Cualquiera sea nuestra opinión, el caso es que el sistema de campañas evangelísticas fue promovido y enseñado sistemáticamente en América Latina, casi hasta el punto de su sacralización. Paralelamente también se "canonizó" un método de evangelización llamado "obra personal" (muy distinto a lo que hoy denominamos "discipulado"), con manuales de preguntas y respuestas e instrucciones técnicas cuidadosamente elaboradas, casi siempre traducidas literalmente del Inglés, o redactadas por autores latinoamericanos que, sin proponérselo expresamente, imitaban inconscientemente los materiales importados sin mayores intentos de adaptación. Por supuesto esa tarea dio frutos pero el crecimiento de las iglesias evangélicas latinoamericanas fue lento.

Al mismo tiempo, el turista latinoamericano que viajaba a EE.UU. visitaba allí algunas iglesias evangélicas y comprobaba que, en general, su propia iglesia local en America Latina era una reproducción -en miniatura- de aquellas grandes iglesias anglosajonas, con su misma estructura, su mismo programa, su misma liturgia y sus mismos métodos.

Por todo ello, no fue extraño que también las ideas y técnicas del evangelismo masivo hayan sido rápidamente trasplantadas a América Latina. Aquí hago un brevísimo paréntesis para aclarar que no estoy en contra de la evangelización de multitudes. Sólo quiero hacer notar:

1- con muy escasas excepciones, los esfuerzos evangelísticos en nuestros países no han tenido muy en cuenta las características propias de las diversas culturas latinoamericanas. En cambio, han conservado modalidades típicamente anglosajonas;

2- todo lo que se ha hacho en materia de evangelización masiva durante las recientes décadas, no ha mejorado la condición espiritual -en general- de las iglesias en América Latina. Estas conclusiones han sido corroboradas por las investigaciones recientemente efectuadas en la Argentina por grupos de estudio vinculados a la próxima consulta sobre Evangelización Mundial que se realizará en Tailandia en junio del corriente año (cuando esto se publica estamos a la puerta de Lausana III: Ciudad del Cabo 2010). De todos los modos, es justo reconocer que las campañas masivas agregaron millares de miembros a las iglesias latinoamericanas.

Como Uds. se dan cuenta, nuestro propósito -conforme al tema de esta ponencia- no es sugerir soluciones sino describir la situación actual y algunas de sus causas.

En cuanto a crecimiento, llama la atención el caso excepcional de las iglesias pentecostales.

No es mi propósito analizar en esta exposición el por qué de ese extraordinario fenómeno (considerado por Pedro Wagner en su difundido libro: "¡Cuidado!, ahí vienen los pentecostales"), pero sí pretendo destacar que, después de una etapa de exploración y adaptación, ellos fueron de los primeros en adaptarse a las mentalidades latinoamericanas propias de cada región, usar nuestra música vernácula y emplear en las reuniones instrumentos tan populares como la guitarra, cuyo solo nombre espantaba entonces a los conspicuos líderes de otras denominaciones.

Aunque discrepemos con algunas de sus enseñanzas, también debemos reconocer que ellos literalmente dieron suma importancia al papel guiador del Espíritu Santo y poco o ningún valor a los métodos ideados por la tecnocracia evangélica. Tuvieron y tienen errores; pero, aun eliminando a millares de miembros de mal testimonio, sus iglesias -multifacéticas- reúnen al mayor número de creyentes de América Latina, demuestran un vigoroso celo evangelístico (aunque no aprobemos sus "campañas de sanidad") y no cesan de abrir obras nuevas.

En tiempos recientes, las nuevas generaciones de evangélicos dieron origen (sobre todo en algunas denominaciones) a diversas reacciones que intentaron modificar el statu-quo. Algunos pidieron una moratoria misionera: otros quisieron hacer acuerdos escritos (¿tratados de "no-agresión"?) con los organismos misioneros, declarando los derechos y obligaciones recíprocas; otros se inclinaron hacia las actitudes radicales, la teología de la violencia, etc.; otros exhibieron la militancia política de la Iglesia de Cristo, etc. Este cuadro, también comentado -en parte por Pedro Wagner en su discutido libro sobre Teología Latinoamericana, aun subsiste en nuestros días. A ello hay que sumar el otro lado del espectro, que abarca desde los medianamente conservadores hasta los más obstinados ultrafundamentalistas.

Como es lógico, los estilos evangélicos en América Latina mucho dependen de la posición adoptada por las distintas iglesias, o por sus líderes. Sin detenernos en el triste caso de los enfrentamientos personales, es pintoresco ver, por ejemplo, como difiere la actitud de cada denominación -y de cada iglesia local cuando tiene que definirse en relación con una de las llamadas "cruzada unidas".

Todo este cuadro se complica seriamente a causa de la intranquilidad social, política y económica que amenaza convertir a nuestro continente en un sangriento campo de batalla, como lo demuestran algunos acontecimientos que todos tenemos muy presentes. Tampoco hay que olvidar la infiltración ideológica en nuestras iglesias, tarea que se cumple con ingenio y destreza, ante la ingenuidad de gran parte de nuestra gente.

Nos damos cuenta, pues de la necesidad de buscar o aplicar métodos evangelísticos más acordes con nuestra realidad y –sobre todo- más armoniosos con la Palabra de Dios, sin que ello implique descartar las técnicas tradicionales.

Varias organizaciones para eclesiásticas que intentan sustituir a las misiones denominacionales y aun a las iglesias en esta investigación o, al menos, procuran ayudarlas en esta labor. Pero, a su vez, esos grupos a denominacionales tienen sus propias ideas sobre la evangelización y es frecuente que discrepen entre sí en cuanto a técnicas y otros aspectos. Eso confunde a las iglesias. Muchas veces algunas aparentes coincidencias de diluyen en el terreno de los hechos. Otras veces los planes, al ser cumplidos, no satisfacen las expectativas, o los frutos se diluyen en pocos meses.
Es un axioma que la verdad sólo lleva abundante fruto si es sembrada en la buena tierra. En mi opinión, tan sólo la iglesia local sabe dónde está la buena tierra. También ella es la que mejor puede limpiar, de otros suelos, las piedras y los espinos que obstaculizan el desarrollo. El auténtico crecimiento, pues, ocurre únicamente donde se dan las condiciones para crecer.

Finalmente, para completar este panorama a vuelo de pájaro, resta señalar el error de los que pretenden utilizar el Evangelio al servicio de algunos movimientos revolucionarios y otros fenómenos políticos. La misión de la iglesia no es crear una cultura cristiana, una sociedad o una civilización cristiana, sino –con toda lealtad a la Palabra revelada- anunciar el colapso de este mundo y gritar "sed salvos de la ira venidera". Nos aflige ver de qué manera malogran sus ministerios y sus oportunidades los que han perdido de vista la trascendencia de la verdadera misión de la iglesia.

En América Latina se pierde mucho tiempo en debates estériles. Reflexionamos sobre los pobres, pero nos olvidamos del pobre concreto que está aquí y ahora, a nuestro lado. "a los pobres es anunciado el evangelio", dijo Jesús, pero dudamos de la eficacia del neo-evangelio de los profetas contemporáneos que ocasionalmente ocupan algunos púlpitos.

Sin juzgar su buena intención, los vemos muy dispuestos a luchar (desde sus tribunas) en favor de la salvación de los pobres amenazados por el infierno de la opresión humana -actitud muy loable-, pero poco o nada interesante en salvarlos del infierno eterno. Es cierto que la iglesia está bíblicamente obligada a denunciar la injusticia social y toda forma de opresión del hombre por el hombre. Pero jamás al precio de marginar su vocación suprema.

(La ponencia se completó mediante un diálogo con los asistentes al coloquio, que duró varias horas.)

LA FAMILIA PEREZ ¿SERÁ? - Por Jorge Alberto Pluis

El Artista Supremo diseñó la familia. Por algo es llamado el Padre celestial, santo, de las luces y por la gracia "nuestro". El enemigo aprecia todo lo que Dios aborrece y odia todo lo que el Creador ama. Por ende, ataca a la familia que es la piedra basal de sociedad humana. Fue formada antes del estado y aparece en el mundo previamente a ese misterio escondido que es la Iglesia de Cristo. A este "cuerpo de Cristo" ingresan diariamente hombres, mujeres y niños provenientes de Israel y de los gentiles sin otro requisito que reconocerse pecadores y aceptar el perdón que Dios nos ofrece por la fe en Cristo Jesús. Siempre, en todos los tiempos, la salvación es por pura gracia y en base al perfecto sacrificio realizado por nuestro Señor Jesucristo en la cruz del Gólgota.

Adán estaba en el mejor de los lugares de la tierra. Trabajaba, era señor de todos los animales creados, tomaba decisiones, imponía nombres, lo que era una señal de su autoridad y lo mejor de todo: gozaba de comunión con Dios. Sin embargo estaba SOLO. No tenía una ayuda idónea. Y por supuesto, el dador de todo bien, se la provee. Unen sus vidas por mandato Divino para amarse, tener hijos y compartirlo todo. No son sexos opuestos. Son sexos COMLEMENTARIOS. Es una relación tan especial, tan santa que mucho después Jehová no se avergüenza de proclamar que ha sido "un marido para Israel." Y transcurriendo los siglos leemos que la Iglesia es la esposa de aquel que la amó tanto que se entregó a sí mismo por ella. Usa la relación matrimonial cuando menciona las bodas del Cordero. La unión perpetua de aquellos que forman parte de ese cuerpo, ese rebaño, esa labranza, ese edificio que el Señor está edificando ahora mismo. Un día muy cercano, concluirá su obra y todos los suyos serán arrebatados en las nubes "y así estaremos siempre con el Señor."

Ninguno de los que han nacido en la familia de Dios por la fe en Cristo Jesús puede perderse. Hemos recibido el Espíritu Santo. Hemos sido sellados desde que creímos en Cristo para el día de la redención. Y recordando el ejemplo matrimonial, "somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos". Resulta imposible que un miembro de Cristo sea arrojado al lago de fuego que es la muerte segunda.

Parece ser Lamec el primero que comete el desatino de acaparar dos mujeres. Después aparecerá esa desgracia que es el divorcio. Siempre que el ser humano se aparta del plan divino elige el camino equivocado y sufre las consecuencias. En el Pentateuco se legisla sobre los hechos consumados. Indudablemente la voluntad del Altísimo siempre es la mejor. Es buena, agradable y perfecta. El declara enfáticamente "que El aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido" Y citando el libro a los Hebreos: "Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla, pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios." Basta mirar los ejemplos que nos ha dejado en la Santas Escrituras de polígamos famosos dentro del pueblo de Dios. Abraham, Jacob, Elcana, David, Salomón. En todos los casos se recoge la amarga consecuencia de haber dejado el modelo divino. "Cada UNO tenga su PROPIA MUJER y cada UNA tenga su PROPIO MARIDO".

Muy pocos son llamados al celibato, el cual debe ser totalmente voluntario y nunca obligado por terceros. Nadie tiene derecho a imponer sobre otros una carga que no todos pueden sobrellevar.

En Mateo 19, el Señor Jesús es interrogado acerca del “repudio", bastante común en la sociedad de su época. Es sumamente esclarecedor que el Salvador se remite "al principio" y a Aquel que los hizo VARON Y HEMBRA. EL también aceptaba la historicidad de nuestros primeros padres. El genoma humano nos viene de Adán y Eva y si rechazamos el Génesis tendremos serios problemas para entender que pertenecemos a una raza caída en el pecado, necesitada de la redención y de un Salvador que tuvo que encarnarse. Fue imprescindible que naciera de una mujer virgen para ser semejante a nosotros y poder sustituimos muriendo y resucitando en nuestro lugar.

Y todo está relacionado con todo. La familia sigue siendo algo fundamental en el plan del Creador. Y la "esclerocardia” sigue atacando. La dureza de nuestro corazón es el taller donde el diablo fabrica sus destructivas armas. El mundo nos arroja sus argumentos humanistas y levanta atrevidamente su altivez contra el conocimiento de Dios. Nada nuevo debajo del sol porque es la misma serpiente antigua que se llama diablo y Satanás la que se manifiesta en una sociedad que le ha dado las espaldas al Todopoderoso. Incluso nos enfrentarnos a la "falsamente llamada ciencia", ya que la verdadera proviene del cielo y es dada al ser humano para su beneficio. Dios mismo vela a favor de la ciencia y damos gracias por ello. De todos modos, mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo. "Si Dios es por nosotros, ¿quién estará en contra?"

Damos gracias por tener Su Palabra morando en cada redimido y contar con la Unción que nos enseña todas las cosas. SOLI DEO GLORIA

Rosario de Santa Fe, Julio del 2010 A. D.

PABLO: UN PROTOTIPO DE LA GRACIA (1ª TIMOTEO 1:12-17) - Por José O. Telmo

«Doy gracias a Jesucristo, nuestro Señor, que me ha llenado de Su poder. Que ha demostrado que cree que puede confiar en mí al nombrarme para Su servicio, aunque yo fui antes blasfemo, perseguidor y hombre de violencia insolente y brutal. Pero El tuvo misericordia de mí, porque fue por ignorancia por lo que actué de esa manera en los días de mi incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor se elevó por encima de mi pecado, y yo la encontré en la fe y el amor de aquellos que viven sus vidas en Jesucristo. Este es un dicho del que nos podemos fiar y que estamos totalmente obligados a aceptar: Que Jesucristo vino al mundo para salvar pecadores, de los cuales yo soy el primero. Por eso fui yo recibido con misericordia, para que Jesucristo pudiera desplegar en mi toda su paciencia, para que yo pudiera ser el primer boceto de los que algún día llegarían a creer en Él, para que ellos puedan encontrar la vida eterna. Al Rey, eterno, inmortal, invisible, al Dios único, sea honor y gloria por siempre jamás. Amén.»

1. HIMNO DE GRATITUD DE PABLO – vs.12-13

Pablo arranca el párrafo con una explosión de gratitud. ¿Por qué? Porque era consciente de su indignidad pero ¡igualmente Dios lo salvó! Se emociona porque la gracia y la misericordia de Dios se mostraron gloriosamente en su conversión. Entonces le daba gracias porque Dios …
- lo dotó de poder, fortaleció – en esto vemos su capacitación,
- lo tuvo por digno – aquí encontramos su calificación,
- lo escogió – esto subraya su comisión.

2. SALVADO PARA SERVIR – vs.14

La gracia de Dios se elevó por encima del pecado de Pablo y lo cubrió. No fue su exclusiva experiencia sino la de millones que confiaron de todo corazón en el mensaje del Evangelio. Con esto descubrimos que La Biblia enseña que hoy Dios está ocupado en nuestras almas, trabajando entre nosotros, interviniendo en nuestra sociedad tan salpicada por el pecado. Dios está salvando a aquellos que arrepentidos de su mal vivir depositan su fe en Jesucristo como único y suficiente Salvador personal. ¿Qué es salvar en los términos bíblicos? Es “librar del peor de los males y recibir el mejor de los bienes.” Esa es la experiencia crítica de los que se convierten a Cristo.

El cristiano verdadero centra toda su fe y amor en la persona de Cristo. La obra salvadora de Cristo en la cruz descubre que es totalmente eficiente para salvarle y hacer de él un servidor de Dios entre sus prójimos. Ahora, siendo ya salvado, es siervo por elección voluntaria. Está entre los suyos como un ministro evangélico, un evangelista con todas las letras.

He aquí una ilustración de lo que estamos queriendo afirmar. Pensemos en un árbol con su raíz, su tronco y su follaje con los frutos. La salvación es como ése árbol donde la gracia de Dios es la raíz; la fe y el amor del creyente, el tronco que descansa y se nutre de la raíz; y sus buenas obras, el fruto del árbol de la salvación. Las obras vienen como consecuencia de ser salvo y no para ser salvo. Debemos tomar conciencia de que hemos sido salvados por Dios, lo cual debe despertar nuestra gratitud. Pero también de que hemos sido salvos para servir en medio de una generación que se pierde en desesperanza, incertidumbre y desamor.

3. UN PROVERBIO VERDADERO – vs.15

“Palabra fiel, dicho confiable”. La quíntuple repetición «es palabra fiel» formaba parte de los dichos o proverbios doctrinales que circulaban entre las iglesias y aparentemente se incorporaron a la liturgia de la iglesia primitiva. De su breve consideración en conjunto encontramos un compendio de doctrina cristológica:

a) la encarnación de Cristo para perdón de pecados - 1Tim.1:15
b) el ministerio de Cristo como modelo de servicio – 1Tim.3:1
c) la vida de Cristo como paradigma del progreso espiritual – 1Tim.4:9
d) la obra de Cristo destacando la forma de labor honesta – Tit.3:8
e) el poder de Cristo distinguiendo la manera de sufrir con éxito – 2Tim.2:11

De este dicho confiable popular pasamos al testimonio paulino personal. Pablo era absolutamente consciente del cambio operado en su vida en su conversión pero también del continuo poder transformador durante su vida cristiana llevándolo a la madurez espiritual, de manera que le permite arribar a una sincera valoración de sí mismo ante Dios:

- «el más pequeño de los apóstoles» - 1Cor.15:9
- «el más pequeño de los santos» - Ef.3:8
- «el primero de los pecadores» - 1Tim.1:15

Una notable lección extraemos aquí: tanto el dicho como el testimonio mencionados, debemos tenerlos muy presentes en nuestra experiencia diaria si queremos crecer en un servicio que glorifique a Dios: Cristo debe ser el centro de nuestra vida y la perspectiva paulina, nuestra concepción como sujetos de la gracia de Dios.

4. LA VERGÜENZA INOLVIDABLE Y LA INSPIRACIÓN CONSTANTE – vs.15-17

Nos ponemos un poco técnicos para comprender más precisamente el escrito apostólico. La palabra original griega hybristés traducida como “injuriador”, quiere decir que “exhibió un sadismo arrogante, insultó a los creyentes, los persiguió violenta y brutalmente”. Aristóteles definía: «Xybris quiere decir hacer daño y afligir a las personas de tal manera que se apila vergüenza sobre el que es herido y afrentado, sin que la persona que inflige el daño y la injuria gane nada más de lo que ya posea, sino que lo haga por el placer que encuentra en su propia crueldad y en el sufrimiento ajeno.» ¡Que vocablo eligió el apóstol para describir lo que fue y que era de público conocimiento! Aquí nada esconde sino que nos comparte sus sentimientos.

Por otro lado, este recuerdo le ubicaba correctamente. Veamos por ejemplo Dt.15:15. El pasado no lo confinaba a la mazmorra de la culpabilidad sino que era útil para situarlo de dónde Dios lo había sacado, que era una simple criatura redimida de sus pecados. El pasado no debe ser nuestro acusador conque nos tenga encadenado a la culpa sino que la evocación del mismo debe ser un medio para entender la acción de la gracia restableciendo y elevándonos al ideal de Dios.

La obra salvadora de Cristo le enseñaba que era posible una forma de vida diferente. Y que esto se aplica a todos los que creen. Lo que Dios había hecho en él es algo que quiere hacer con todos nosotros. Una versión dice así: «Por eso fui yo recibido con misericordia, para que Jesucristo pudiera desplegar en mi toda su paciencia, para que yo pudiera ser el primer boceto de los que algún día llegarían a creer en Él, para que ellos puedan encontrar la vida eterna.»

La actividad amorosa de Cristo hacía surgir en él una adoración sincera, profunda y constante a Dios. Pasaba tiempo con Dios y con Dios compartía todo el tiempo. Uno de los problemas del presente siglo es la pérdida del arte de la meditación tranquila y silenciosa, a solas frente a Dios. Nos estamos perdiendo grandes bendiciones dado que vivimos en una febril actividad que no nos lleva a ningún destino de gloria.

5. PABLO: UN PROTOTIPO DE LA GRACIA – vs.16
“ … puesto para ejemplo …” vs.16

Otra vez acudimos a la palabra original griega hipotýpoosis que significa “bajo el cuño, delinear, bosquejar”. (Prototipo. (Del gr. πρωτότυπος). 1. m. Ejemplar original o primer molde en que se fabrica una figura u otra cosa. 2. m. Ejemplar más perfecto y modelo de una virtud, vicio o cualidad. Real Academia Española.) Hoy lo diríamos de esta manera: prototipo, algo para imitar, ejemplo a seguir, el pecador “muestra”.

Les confieso que me he maravillado descubriendo esto que La Biblia dice. Si no fuera porque ella lo enseña jamás me hubiera atrevido a afirmarlo. Pero ciertamente lo que Dios hizo en Pablo es lo que quiere hacer en nosotros. Pensando en esto me extiendo en su consideración con el fin de la edificación espiritual:

- Pablo es una muestra de lo que Dios quiere hacer con todos los pecadores: transformar sus vidas gloriosamente.
- Pablo es una muestra de cómo Dios puede exhibir su gloria en medio de un mundo arruinado por el pecado.
- Pablo es una muestra de cómo Dios trata a los pecadores que se arrepienten.
- Pablo es una muestra de la actividad incansable Dios aprendiendo a no desesperar ni a presumir (Sal.138:8; Fil.1:6).
- Pablo es una muestra de lo que el hombre no hace más que pecar y que Dios hace toda la salvación.
- Pablo es una muestra del verdadero cristianismo: esto marca la diferencia.
- Pablo es una muestra de un cristiano entregado a Dios, comprometido con su gracia, misericordia y amor; en contraste con:

o los falsos maestros (vs.3-7),
o los religiosos inmorales a escondidas que distorsionan los mandamientos de Dios (vs.8-11),
o y los apóstatas que niegan la salvadora doctrina bíblica (vs.19-20).

- Pablo es una muestra que se puede ser ardientemente fiel dependiendo de los recursos de Dios,
o siendo un buen líder para otros (Timoteo, vs.3, 18),
o de bendición para toda una iglesia que espera ser guiada al Señor (vs.3, 5, 8),
o y de consolación para los creyentes sufridos en la persecución (vs.13).

Vayamos humillados a La Palabra de Dios, para que ella haga el trabajo transformador en nuestra vida.

JEREMIAS – LA CRISIS DEL LLAMADO - Por José Omar Telmo

Los días en que Dios llamó a su profeta, fueron de mucho pecado y apostasía, el equilibrio entre las naciones era inestable y los siervos de Dios eran minoría solitaria. Similarmente ocurre hoy.

Hace falta un hombre o mujer especial para semejante ocasión, y Dios lo tuvo y lo tiene preparado siempre. La vocación para el servicio de Dios no previene de nuestra capacidad innata o de nuestra simpatía por los planes divinos, tampoco por que yo elijo servir a Dios. Viene por una profunda crisis espiritual a la que Dios nos introduce. Es cuando caemos a sus pies con el corazón quebrantado cuando estamos listos para que Él nos emplee en su servicio. No hay otro método más que ése, experimentar la crisis en nuestra conciencia tocante a la majestuosa realidad de su llamado, a la crisis de nuestra lucha interior y la voluntad cede. Cuando no soporta más y confiesa que Dios ha vencido, ahora sólo quiero vivir para Dios, servirle en lo que Él disponga. Lo que Dios diga, estará bien.

Con frecuencia Dios elige instrumentos inesperados para su obra. Ese fue el caso de Jeremías. Dios lo designó para que fuese su portavoz en un tiempo muy difícil para la nación. Jeremías estaba destinado a sufrir la incomprensión desde el principio y durante toda su vida. Una lucha interior fue una marca constante en su vida, lo mismo el padecimiento permanentemente de amenazas externas.

Siendo un joven tímido y sensible, se sintió abrumado por el llamado divino, ya que le pareció una misión imposible. Encontró algunas excusas para tratar de librarse: su juventud, su falta de experiencia, su escasa elocuencia. Pero Dios se mantuvo firme (Jeremías 1:7-8). Quiso eludir el llamado y casi pronuncia el “gran rechazo”. Se resiste a cumplir una tarea que le disgustaba tanto (Jeremías 15:10). No era orador y retrocedía ante la idea de llevar un mensaje negativo a un pueblo tan indisciplinado. Es cierto, nos gusta llevar buenas noticias pero tener que llevar las malas nos resulta muy desagradable. En el fondo, tenemos miedo a la gente. Pero confiemos, La Palabra de Dios está siempre por encima de la opinión de las personas.

Peor volvamos a Jeremías. Manifestó una actitud reacia pero Dios sabe como vencer tal inseguridad: hizo que el joven tomara conciencia del llamado divino, le hizo ver que la tarea para la cual había sido llamado no era suya sino de Dios (Jeremías 1:9). He aquí, uno de los grandes secretos de la vida de servicio: la obra no es nuestra sino de Dios. Cuando Dios nos pide que hagamos algo, nos capacita para ello. Cuando nos capacita para hacer algo, nos pide que lo hagamos. No necesitamos otras armas que las promesas de Dios. Nuestra esperanza no depende de las circunstancias ni de nuestros sentimientos, sino del carácter de Dios. Sólo Él basta.

Dios tiene un plan para cada uno de los suyos en el campo de su inmensa obra (Jeremías 16:1-2, Efesios 2:10). La clave está en saber esperar y confiar en Dios. Recordemos siempre que la senda del deber es la senda de la segura bendición.

Pero Dios sabe a quien llama: la fe de Jeremías era real. Eso es lo que cuenta. Si bien era cándido y gentil en su carácter, era apasionado y valiente en su fe. Su honestidad no lo dejaría ser sobornado jamás, sus profundas emociones no darían lugar a una cruda resignación de juicio. Se mantuvo firme y consagrado a su labor. Fue un profeta a las naciones por 40 años. ¿Cómo logró esto?

La buena mano de Dios estuvo sobre él (Jeremías 1:9). La Palabra del Señor es un poder que lleva a cabo su voluntad y logra lo que se propone (Isaías 55:11; Hebreos 4:12): Es un martillo que rompe las piedras, es un fuego que todo lo consume (Jeremías 23:29). Lo único realmente valioso de la vida es el conocimiento de Dios. Nunca sabremos más de Dios que lo que sepamos de Su Palabra. Y esa Palabra actúa de dos formas: construye –da vida abundante; o destruye –acarrea condenación (Juan 3:36). No hay término medio.

Como cierre a una nuestra meditación referida al servicio y que nos sirva de exhortación, repasamos algunas características de Jeremías a imitar:
1- Su profunda franqueza personal. Solía luchar con Dios para asegurarse de qué mensaje dar al pueblo en cada ocasión (15:17-19; 20:7).
2- Su coraje al llevar sus convicciones a la práctica, sabía lo que tenía que hacer y lo hizo.
3- Su rechazo apasionado a la inmoralidad o espiritualidad errada como la idolatría (capítulos 2-5), injusticia social (5:26-29), falsa profecía (5:30ss). Una justa indignación se apoderaba de su corazón. Tomaba muy en serio el pecado porque tomaba muy en serio la justicia de Dios (18:20ss).
4- Su combinaba sensibilidad por los sufrimientos de su pueblo con la generosidad humana (14:17). Era serio pero no morboso, era enfático pero no obsesivo, era firme pero era cálido.
5- Su esperanza objetiva: no se fundaba en un optimismo fácil sino en la soberanía y la fidelidad de Dios (32:1-44).

Pongámonos en las manos de la gracia de Dios para ser obreros aprobados en su obra.