martes, 6 de septiembre de 2011

CONSTRUYENDO FAMILIAS SÓLIDAS EN MEDIO DE LAS TENTACIONES DEL SIGLO XXI Por Hector Mansilla

Vivimos en un mundo cambiante en el cual reinan los anti valores dominado por los medios de comunicación, y nuestras familias son sacudidas por todo tipo de influencias negativas. El pastor y escritor Tom Eisenman en su libro “Las trece tentaciones de la vida familiar”, las mencionar:
a - La vida acelerada
b - Padre ausente
c - Creer que ser madre es poca cosa.
d - No comunicarnos.
e - Ignorar la diferencia entre hombres y mujeres.
f - No hablar la verdad en amor.
g - Descuidar la intimidad familiar.
h - No entender el liderazgo familiar.
i - No respectarnos.
j - Ser adictos a la televisión.
k - Olvidar el amor.
l - Descuidar la disciplina
m - abandonar a Dios en las crisis.
El objetivo de este artículo no es analizar estas tentaciones, sino desarrollar una serie de conceptos claves que nos ayuden a crecer como familia y poder cumplir con el plan que Dios tiene para nuestros matrimonios.
Los puntos de vista presentados en esta nota están basados en principios bíblicos tan actuales en nuestros días como en el momento en que se escribieron.
Dios estableció un orden para la familia, dicho orden lo vemos en: “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo” (1ª Cor. 11:3)
“Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor”. (Col. 3:20)
En estos pasajes vemos como Dios ha ordenado la familia de acuerdo al principio de autoridad: Cristo cabeza del esposo, éste cabeza de la mujer, la esposa ayuda idónea del marido y los hijos obedientes a los padres. El esposo debe amar y santificar a la esposa como Cristo amó a la iglesia.
Es importante examinar a nuestras familias para poder ver donde estamos parados como personas, como pareja, y como padres:
1- Cultivar una vida personal
Si queremos funcionar en nuestro matrimonio, empecemos por nosotros mismos: debemos desarrollarnos tanto en el área espiritual, como en la personal. ¿Estamos creciendo espiritualmente?,(Col 3:1) ¿Estamos buscando las cosas de Dios?, ¿Cómo está nuestra vida de oración?, ¿Nos tomamos tiempo para leer la Biblia?, ¿Estamos desarrollándonos como personas?, ¿Hacemos cursos de perfeccionamiento en nuestra profesión?, ¿Leemos buenos libros?, ¿Cuidamos nuestra salud? ¿Realizamos deportes?, ¿Nos alimentamos en forma adecuada?, ¿Descansamos lo suficiente?.
Si cumplimos lo expresado anteriormente vamos a poder hacer frente a la tentación de la vida acelerada, que se caracteriza por no tomarse tiempo para uno mismo, dejándose absorber por las preocupaciones de la vida moderna, cayendo así en el stress que destruye personas y matrimonios. Es importante que aprendamos a manejar bien nuestro tiempo (ver Efesios 5:15, 16)
2- Cultivar una vida de pareja
Un matrimonio cristiano tiene la tarea de representar en su vida de relación, la unión que existe entre Cristo y la iglesia: auto sacrificio, devoción y fidelidad. (ver Efesios 5:25, 26)
Para poder llevar a cabo el plan de Dios para la familia, es fundamental dedicarle tiempo a la relación entre los esposos. El primer lugar en un matrimonio lo debe tener el Señor Jesús, la pareja debe dedicar tiempo para orar juntos, estudiar la Biblia, buscar en Dios la solución a sus problemas,y que el Señor los guíe en sus decisiones.
Es fundamental dedicarle tiempo a la relación entre esposo y esposa, dedicarse tiempo para estar juntos, compartir las necesidades, los sueños y proyectos de cada uno. El esposo debe ser el mejor amigo de la esposa y ella la mejor amiga del marido, ambos tienen la necesidad de amar y ser amados, de tener intimidad, de comunicarse en forma adecuada. Al cultivar la vida de pareja ambos conyuges podrán superar las siguientes tentaciones en las que caen muchos matrimonios: Ignorar la diferencia entre hombres y mujeres, no respetarse, hablar la verdad en amor, reconocer que ser madre no es poca cosa, no comunicarse.
3- Cultivar una vida con los hijos
La presencia de los padres es esencial en la vida de los hijos: el padre como modelo de liderazgo masculino y la madre acompañando y apoyando. Es fundamental para el crecimiento emocional de los hijos que ambos padres estén presentes en sus vidas, que sepan sus problemas, necesidades, y sueños. Es importantísimo que los chicos sepan que los padres los aman, los aceptan, comparten tiempo con ellos. Cultivar una vida con los hijos significa dedicarles tiempo, educarlos, enseñarles y disciplinarlos.
La Palabra de Dios nos dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Prov. 22:6)
“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:1-4)
Cada uno de estos pasajes nos enseña como criar a nuestros hijos.
Como docente veo a diario que los alumnos con mayores problemas de disciplina son aquellos que tienen los padres ausentes o una escasa comunicación con ellos. Los alumnos cuyos padres están presentes en su vida son buenos estudiantes y de buena conducta. Los padres debemos amar, enseñar, instruir y disciplinar a nuestros hijos para que se formen como personas obedientes a la Palabra de Dios.
“Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable”. Prov. 24:3, 4
Bibliografía de consulta:
• 13 Tentaciones Que enfrenta Tu Familia - Tom Eisenman
• La Familia Cristiana - Larry Christenson
• Sabiduría Para La Vida Familiar - Charles Swindoll

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