jueves, 12 de noviembre de 2009

Urias Ben Semaías - Un desaparecido por Jorge A. Pluis

Esta es la historia de un valiente profeta contemporánero de Jeremías. En momentos difíciles de retroceso espiritual elevó su voz contra el pecado del pueblo y la elite gobernante. Fue amenazado de muerte y perseguido por su fidelidad al Señor. Tuvo que exiliarse en Egipto y de allí fue secuestrado por un grupo de tareas especiales enviado por el impío Joacim. Trasladado a Jerusalén sufrió el martirio y quedó “desaparecido” ya que su cuerpo fue arrojado en los sepulcros del vulgo. Podemos leer su dramática y heroica historia en Jeremías 26:20-23.


Urias, buen hijo del buen Semaías
lamenta tu muerte Quiriat-jearim.
Dijiste el mensaje que dio Jeremías.
Vibro por la tierra tu voz de clarin.

Palabra severa veráz proclamaste
Al pueblo que es duro de tanto pecar.
Al rey sus grande valientes enfrentaste
porque eras profeta de Dios en verdad.

Urías, Urías, escapa a la vida.
Egipto te libre del cruel Joacim.
El Dios de los cielos será quien decida
que viertas tu sangre de puro carmin.

Por gente siniestra serás secuestrado,
el grupo comando del fiero Elnatán.
Y en manos de malos serás entregado.
La palma de martir te concederán.

No tiene tu nombre la fama y la gloria
de santos varones que Dios suele usar.
Tus sienes no tienen laureles de victoria
ni tumba tu cuerpo para descansar.

No existe sepulcro donde ir a llorarte.
En fosa sin nombre sepultado estas.
Urías no importa. El Dios al que honraste
hará que tu nombre no muera jamas.

Perdiste en la tierra. Ganaste en el cielo.
¡Urías! ¡Urías! ¡Cuán grande tu honor!
Modelo de siervo que sirve con celo
y todo lo entrega por un bien mayor.

Mi turno es ahora de dar el mensaje
Y quiero entregarlo con fidelidad.
Tu ejemplo me ayuda, me infunde coraje
Urías servimos al mismo Jehová.

Jorge A. Pluis (Rosario Enero 06 de 2006 A.D.)

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